La tumba de las luciérnagas es una película japonesa dirigida por Isao Takahata estrenada en Japón en 1988 donde nos muestra desde otra perspectiva una etapa de la segunda guerra mundial, donde los Estados Unidos de América en 1945 someten a ciudades japonesas, con ataques aéreos, causando grandes destrozos y miles de muertes.
La película inicia con nuestro protagonista Seita, que está moribundo en una estación de tren. Dónde él empezará a recordar los sucesos que lo llevarán ahí.
Una mañana de 1945, en Japón, se comienzan a escuchar los estrepitosos sonidos de la sirenas de un previo ataque. La familia de Seita se prepara para ir al refugio de su pueblo. La madre le dice que él se adelante, Seita se va junto con su hermanita Setsuko de cinco años al búnker. Tras un día de bombardeo, Seita y Setsuko buscan entre cientos de estragos, viendo a personas heridas y muertas, cuando finalmente consiguen dar con la localización de su madre; encontrándola en una enfermería malherida, vendada, y sangrando, ella tiene quemaduras por todos lados. Poco tiempo después muere. Ellos tendrán que mudarse con su tía, hermana de su madre.
La tía se muestra como una déspota oportunista, ignorando a sus sobrinos, y solo preocupándose por el bien de su familia, esto causa que Seita y Setsuko huyan en busca de otro destino. Ellos llegan a una cueva muy curiosa, donde habitan luciérnagas. Se instalan, por un tiempo todo parece estar bien, ya que ellos se tenían el uno al otro; pero los problemas no podrían faltar. Dada a la situación de Japón, el país se encontraba en crisis. Ellos no tenían un hogar con condiciones saludables, y Seita era responsable de una vida de cinco años, que necesitaba servicios médicos y alimenticios. Setsuko comienza a enfermar por la mala condición de donde vivían. Seita en su desesperación de tratar a su querida hermanita comienza a robar, y hacer todo lo posible para conseguir algo de dinero. Una mañana se encuentra a su hermanita moribunda pidiendo un antojo, él no se lo puede negar. Corre para conseguírselo, cuando él llega, Setsuko estaba postrada en una hamaca.
Seita tras ese suceso no tiene nada y su condición empieza a empeorar. Tiempo después él se va a la estación de tren donde inicia la película.